“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Mateo 22:39
It must be exhausting always rooting for the Anti-Hero.
Taylor Swift
Hace 8 semanas exactas saqué mi licencia de manejo; y hace 4 semanas choqué nuestro carro contra una pared. Hace 3 días oficialmente lo declararon una pérdida total.
Quisiera tener una máquina en el tiempo, pero no estoy segura de a qué momento me gustaría volver. ¿Debería regresar a la semana en que hice mi prueba de manejo tres veces y simplemente decidir rendirme tras el primer intento? ¿Debería revivir el día del accidente y escoger no manejar ese día en particular? ¿Debería volver al instante en que estaba por chocar con la pared y tratar de prevenirlo? ¿Debería dar un salto 7 meses atrás y comenzar a practicar seriamente con más tiempo de anticipación?
Quizás, como sugiere la mayoría, debería aceptar la realidad tal como es. Debería reconocer que “echando a perder se aprende” y asumir este episodio como “golpes de crecer”; pero no es tan sencillo como parece. Entre conversaciones con la aseguradora y el taller de reparación, he encontrado unas 47 formas de hacerme sentir culpable por lo sucedido y de prometerme a mí misma que nunca más voy a agarrar un volante.

Descubrí que no tengo nada positivo que decir. En mi corazón, secretamente decidí que esta historia no sería una lección de cómo perseverar a pesar de los tropiezos. No. Esta sería mi forma de decir: “Lo intenté y lo eché a perder. No me vuelve a pasar porque no lo vuelvo a intentar”.
Mi esposo, en su amor entrañable, procura animarme y dice: “Esas son cosas que pasan. Vas agarrando experiencia”.
Yo obstinadamente respondo: “No, no; porque a ti no te pasó. A nuestra amiga X no le pasó tampoco. A mi compañero Z tampoco le pasó. No voy a intentarlo otra vez porque lo intenté de todo corazón y mira lo que hice. Lo eché a perder. Nos dejé sin carro. Mira lo que hice. Mira lo que hice”.
Estábamos teniendo esta misma conversación por doceava vez en el mes y un pensamiento, probablemente enviado del cielo, cruzó mi mente. De pronto pensé: “Yo nunca le hablaría a otra persona así. Yo nunca miraría a alguien que acaba de perder su carro y le diría: ‘Mira lo que hiciste. Dejaste a tu familia sin carro. Lo echaste a perder. No sé ni para qué lo intentaste. Esto no le pasó ni a X ni a Y; no te debía pasar a ti´”.
Suena horrible. Eso no ayuda. Es cruel. Pero, aunque sé que no trataría a otra persona de esa manera, por alguna razón me parece adecuado hablarme a mí misma así. Me cuesta tratarme con el cuidado con que le hablaría a otro.
Ser compasivo y amoroso con uno mismo es una tarea difícil porque, en parte, nos medimos conforme a unos estándares absurdamente altos: “Otros pueden darse el permiso de fallar, pero yo no. Yo debo ser perfecto en todo siempre”. Aunque profesamos aceptar el perdón y el amor de Dios por gracia, todavía calculamos nuestro valor según la perfección de nuestras obras.
Aunque profesamos aceptar el perdón y el amor de Dios por gracia,
todavía calculamos nuestro valor según la perfección de nuestras obras.
Practicar autocompasión es una de las mejores formas de demostrar que creemos en la gracia y la misericordia que Dios le ha regalado a la humanidad en la persona de Jesús. Ser duro con nosotros mismos por nuestros accidentes y actuaciones imperfectas revela que, en lo secreto del corazón, todavía creemos que somos nuestro propio salvador.
Por lo tanto, después de mucho orarlo, conversarlo y meditarlo, he decidido que no “eché nada a perder” y voy a dejar de ver «el desastre que hice”. En cambio, voy a regalarme el amor y la segunda oportunidad que Dios siempre me da y que, además, Él me ha enseñado a dar a otros. Voy a hablarme a mí misma con el mismo cariño y cuidado con que hablaría a un niño pequeño que se ha caído de su bicicleta: “Son golpes de crecer», me diré. «Lo estás haciendo muy bien. Qué valiente eres por intentarlo aunque miedo”, me diré. En Dios, espero encontrar las fuerzas para nunca dejar de tratarme así.

Hola Natacha🙂
Gracias por este mensaje. En el pasado, también me he sentido así aunque no sobre la misma situación.
Un abrazo.
Sigamos avanzando🙏🏻
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Así es! Sigamos avanzando. Un abrazo para ti también🙏🏻
Me gustaMe gusta
Excelente reflexión…Excelente consejo..gracias por compartir tu sentir y de cómo DIOS nos ama ..nos protege y quiere que sigamos adelante aprendiendo y logrando para nuestras metas y propósitos….Adelante mi Naty ..tu eres brillante y me encanta aprender de todos tus testimonios…TE REAMO!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Amén! Graaacias. ¡Yo también te re amo!❤️ ❤️
Me gustaMe gusta
Eres la mejor mi Naty, amo cada palabra que Dios te da para bendecirnos… En serio deberías estar en Hollywood jajajaja…
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Graaacias, Nia! ❤️ Tan bella como siempre. ¡Un abrazote!
Me gustaMe gusta
Waooo!!!!! No lo pudiste decir mejor , eres brillante mi amor , Te Amo!!!! Dios te Bendice 😍 🙏
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Amén! Yo también te amo ❤️
Me gustaMe gusta