¿Qué tan grande es tu influencia?

            Hace algunos años, publiqué una entrevista con el Doctor/Pastor/Líder juvenil Jeffrey de León, la cual puedes leer aquí. Aunque todas las conversaciones que he publicado en este blog me han edificado, mi entrevista con Jeffrey de León me impactó de un modo especial. De vez en cuando, todavía la recuerdo.

            De Jeffrey de León, siempre me pareció curioso que, a pesar de tener un ministerio popular, su nombre nunca se ha escuchado demasiado. Pienso que él tiene todo para ser contado entre las “celebridades cristianas”, pero es como si, a propósito, hubiera optado por una vida fuera de los reflectores.

            Cuando lo entrevisté, me dijo algo que explica muy bien por qué:

“En algún momento creí que expandir mi círculo de influencia era importante, es decir, que era parte de mi meta. Llegó un punto en mi vida donde entre más conferencias hacía, más viajes tenía, más libros vendía, más gente hubiera, eso era lo que validaba lo que yo hacía.

Ahora, 30 años después, creo que reducir mi círculo de influencia es más importante, que fue lo que Jesús hizo…desde los últimos 15 años, yo me he dedicado a reducir mi círculo de influencia, he estado viajando mucho menos, para poder dedicarme al discipulado de personas uno a uno.

Pero, por supuesto, eso no va a salir en los diarios cristianos. Noticia: ‘Jeffrey De León está discipulando a 3’. Esa noticia no le importa a nadie. A la gente le importa: ‘Jeffrey vendió un bestseller’, ‘Jeffrey les predicó a 30 mil jóvenes’. Esas son las noticias que nos interesan.

Entonces, si tú me preguntas: “Jeffrey ¿qué prefieres? ¿Irles a predicar a 40 mil jóvenes o sentarte con 10 líderes?”. Prefiero sentarme con 10 líderes, para mí eso es más importante y más estratégico”.

Jeffrey de león

            A veces, cuando me pierdo en mis intentos de expandir mi círculo de influencia, no puedo evitar recordar a Jeffrey de León y su curiosa convicción de que logramos más cuando trabajamos con menos. 

            Una parte de mí, le cree. Esto suena modesto, humilde, comprometido con la visión de Cristo. Pero, como una persona que ha sido tan bendecida por grandes ministerios (como el de Andy Stanley, Kari Jobe, Joyce Meyer), me resulta difícil aceptar que un gran círculo de influencia no trae sus beneficios. La idea de que arbitrariamente una persona decida reducir su círculo de influencia me parece totalmente contraria a un mundo en que el éxito consiste en predicar a 40 mil jóvenes.

            Recuerdo estar hablando de esto con mi esposo, Josué. Le expliqué quién es Jeffrey de León. Le hablé de la entrevista. Le parafraseé su respuesta. Entonces, en un genuino intento de tratar de llegar al corazón del asunto le dije: “¿Discipular a 3? Si puedes hablarles a 30 mil jóvenes, ¿vas a preferir discipular solo a 3? ¿A quién le va a bendecir eso? ¿Qué diferencia va a hacer?”

            Y Josué dijo lo obvio, que en el momento yo no podía ver. Él dijo: “Hará una gran diferencia en esos 3, y esos 3 son importantes para Dios”.

            Me he dado cuenta de que yo, al igual que la mayoría, también he creído que más y mayor siempre equivale a mejor; pero Jesús no es así. Jesús fue capaz de desviar todos sus planes para hablar con una mujer samaritana (Juan 4:1-10), y para liberar a un endemoniado del otro lado del mar (Lucas 8:26-39). Jesús me enseñó a huir de las multitudes para invertir en una docena. Él creía que pasar tiempo capacitando a unos pocos le permitiría lograr más y mayor al final.

            Aunque grandes ministerios sí son una bendición para la iglesia; usualmente, Dios nos impacta por medio de aquellos que saben nuestros nombres y toman tiempo para invertir en nosotros. El Señor nos muestra Su amor por medio del que viene cuando no hay reflectores, sino lágrimas y corazones rotos. Él nos extiende Su gracia cuando alguien se nos acerca y modela la vida cristiana para nosotros. Oro para que Dios abra los ojos de mi entendimiento y abrace la verdad de que, a veces, el ministerio más estratégico consiste en sentarse solo con 3.

Publicado por Natacha R. Glorvigen

Cristiana. Publicista. Bloguera. Dios me ha cambiado la vida y vivo para contarles a otros que Él puede hacer lo mismo por cualquiera.

2 comentarios sobre “¿Qué tan grande es tu influencia?

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