Algo anda mal si todo anda bien

Cuando llegué al seminario, presenté un examen de evaluación psicológica. Me hicieron toda clase preguntas, entre ellas algunas sobre cómo manejo el estrés y qué clase de cosas me preocupan. Nunca vi los resultados. Las únicas personas que tienen acceso a ellos son los terapeutas del campus. Pero, según lo que los facilitadores compartieron conmigo, todas las personas tienen un cierto nivel luchas internas. Es decir, de antemano me advirtieron que mis resultados no serían perfectos. Mi condición psicológica no sería 100% ideal, y eso es normal, aceptable y sano.

De acuerdo con la opinión de los profesionales en consejería, si tu evaluación no arroja algún tipo de conflicto psicológico, algo anda mal. En otras palabras, no hay nada más coherente con la naturaleza humana que luchar con algo. La condición caída de una humanidad pecaminosa no permite que exista una “mente perfecta”. Los expertos en el campo de la psicología pueden decir: “este nivel de conflicto es normal” o “este nivel de conflicto no es normal”. Sin embargo, es absolutamente contrario a la realidad de este mundo escuchar: “No hay conflictos en esta mente”. No es realista. Ningún experto en la materia espera esto. Nosotros no deberíamos esperarlo tampoco.

Si vas a relacionarte con seres humanos, lo cual harás a menudo, debes tener esto en cuenta. Todas las personas tienen luchas en su mente. Sin importar cuán bien luzcan por fuera, sus conflictos internos son reales. Resulta difícil de aceptar porque no puedes reconocerlos as simple vista. Se esconden debajo de lo tangible y toma tiempo traerlos a la luz. Por tanto, cuando interactúes con otros, debes recordar: “hay más en esta persona de lo que mis ojos ven; hay luchas de las que yo no sé”. Los demás no son tan diferentes a nosotros: también dudan de sí mismos, no quieren parecer tontos, se preocupan por el futuro, tienen traumas, se sienten solos y demás. Si buscas gente que ande contigo en la vida, tendrás que ser paciente con cualquiera con quien decidas pasar más de dos minutos de tu tiempo.

Los demás no son tan diferentes a nosotros.

Las heridas de nuestro pasado, nuestras expectativas acerca del futuro, las presiones a nuestro alrededor nos forman, y creo que sabes que no siempre nos forman bien. Amar a otros significa que aceptamos relacionarnos con ellos sabiendo de antemano que no será sencillo, pero que vale la pena de todos modos. Luchar en nuestras relaciones interpersonales no es raro, de hecho, es lo psicológicamente sano. Es humano. Va a pasar. Te estás sentando a una mesa con un montón de personas que traen problemas en su mente, ¡incluyéndote a ti! Este post es para decirte que, cuando te des cuenta de eso, no pienses que cambiarte de mesa arreglará todos los problemas. Aunque a veces es necesario, la realidad es que todas las mesas son básicamente igual de imperfectas.

Publicado por Natacha R. Glorvigen

Cristiana. Publicista. Bloguera. Dios me ha cambiado la vida y vivo para contarles a otros que Él puede hacer lo mismo por cualquiera.

2 comentarios sobre “Algo anda mal si todo anda bien

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