En todas las Iglesias del mundo, existen dos fuerzas que halan con vigor hacia lados contrarios: los jóvenes y los ancianos. Si asistes a una congregación, hay dos posibilidades: 1) Has sido parte de uno de los bandos 2) Alguno de esos grupos te ha presentado sus quejas Con mucha frecuencia, los ancianos se aferranSigue leyendo «Jóvenes, ancianos… y Leota»