“…me pasa cuando me siento sola”.
Demi Lovato
A estas horas, creo que son pocas las personas que no han escuchado sobre la presunta sobredosis que tuvo la famosa cantante Demi Lovato hace un par de días, de la cual todavía está recuperándose.
Desde que Demi publicó su canción “Sober” (“Sobria”), todos entendimos que estaba experimentando recaídas en su vieja lucha con las adicciones.
Puedo decir no tengo ni idea de cómo luce su batalla en particular, pero hay algo que entiendo perfectamente en la letra de su canción: buscamos nuestros vicios cuando nos sentimos solos, aunque físicamente haya gran cantidad de personas a nuestro alrededor.
Yo he estado en ese lugar y creo que a todos nos pasa. Sentimos que nadie nos entiende realmente, que no pertenecemos a ningún lugar, que algo nos falta.
Ahí.
En ese lugar. En medio de esa soledad, nacen muchas de las ideas de las que luego nos arrepentimos; tratamos de ahogar esa sensación de vacío con alguna otra cosa, con lo que sea que pueda apagarla.
Para algunos la alternativa es el alcohol; para otros, los videojuegos; quizás para ti sean las novelas románticas; para mí han sido los amigos virtuales.
Creo que, sin importar nuestras creencias, todos podemos estar de acuerdo en que sentirse solo es peor que estar solo; y pocas cosas buenas nacen de permanecer en esa condición por mucho tiempo.
En mi cabeza tengo la certeza de que si miro hacia arriba, hacia los ojos de mi Padre Celestial, ese vacío se llena en cuestión de minutos; pero, al igual que Demi, yo también he buscado otras respuestas. Algo más.
En otras palabras, nuestras luchas no son tan diferentes. Solo que ella es famosa y nosotros no. Ella busca el alcohol, que es un vicio público, pero tú y yo quizás tenemos los nuestros en privado.
Sin embargo, en cualquier caso, tiene razón: la soledad es terrible consejera; por eso, es bueno que aprendamos a identificar hacia qué vicios tendemos a correr cuando nos sentimos así, y que se los confiemos a al menos una persona que pueda ayudarnos cuando estemos vulnerables.
Alguien que pueda decirnos la verdad en nuestra cara y nos ayude a reaccionar.
Pasar tiempo con Dios y rodearnos de una comunidad que nos ame y nos acepte sin condiciones son esenciales para mantenernos firmes en medio de esta lucha, por la que todos pasamos en algún momento.
Justo ahora, mi corazón está con Demi porque, al ser franca respecto a lo que le pasa, a pesar de que no tiene la obligación de serlo, me ha dado la confianza de sentir que la entiendo y que bien podría ser yo la que estuviera en su lugar.
Además, con su honestidad nos ha regalado a muchos el valor de ser honestos y transparentes con nuestras propias batallas.
Si eres creyente, creo que esas son razones suficientes para hacer una oración por Demi hoy.