¿Por qué «Despacito» podría estar quitándole el sueño a Luis Fonsi?

Hasta hace 2 meses, podía considerarme felizmente inmune al éxito mundial que todos conocemos como “Despacito”, la canción (o algo así) de Luis Fonsi y Daddy Yankee.

Todo iba bien. Estaba decidida a mantenerme al margen y no saber qué venía antes o después del coro; pensaba (ilusamente) que el mundo la olvidaría pronto.

Sin embargo, cuando sacaron su versión con Justin Bieber, supe que todo estaba perdido. No iba a morir pronto. Quizás nunca moriría. Simplemente, no la dejarían.

Luis Fonsi - Natacha RamosLuis Fonsi evidentemente ha recibido mucho por esta canción: aplausos, millones de reproducciones en Youtube, críticas, covers, oportunidades, fama, dinero.

No sé qué tanto esperaba él, pero estoy segura de que los resultados han superado por mucho sus más locas expectativas.

Debe de ser increíble gozar de esta gran popularidad; pero, quizás, solo quizás, si Luis Fonsi se parece un poco a los seres humanos en general, este éxito también debe de causarle muchísimo miedo y ansiedad.

Imagínate por un segundo que has creado algo y que a millones de personas en todo el mundo les encanta lo que hiciste. ¡Se siente bien! 

Si te murieras luego de esa gran hazaña, te irías en plena gloria. Triunfaste. Eres el #1. Pero ¿y si no?

¿Y si tienes que encerrarte nuevamente en tu estudio a crear algo nuevo sin la certeza de que será tan exitoso como lo anterior? 

Una palabra: miedo.

Tienes sobre tus hombros una responsabilidad enorme. Todos esperan de ti algo tan bueno como lo anterior.

En palabras de mi buen amigo Andy Stanley, al cual, en mi defensa, tenía varios posts sin citar:

 “El éxito trae consigo la inesperada presión de tener que mantener el éxito”.

Andy Stanley

Obviamente, no estoy de acuerdo ni con la canción ni con el mensaje que el reguetón transmite en general, pero hace unos días, mientras escuchaba por las calles “Despacito” por millonésima vez, pensé en Luis Fonsi y se me arrugó un poco el corazón en franca solidaridad.

No digo que sea su caso, pero, cuando tenemos la presión de ser #1 o al menos #2, podemos comprometer lo que somos y lo que creemos con tal de seguir en la cima. Descubrimos que la única forma de seguir recibiendo toda esa atención es manteniendo el triunfo, y eso es algo muy difícil de hacer. A veces, nos perdemos a nosotros mismos en el proceso.

Le pasa a los que rompen un récord, a los que ganan una medalla de oro en las Olimpiadas, a los que reciben un premio, a los que son promovidos en el trabajo, a los que logran muchas visitas en su blog por entrevistar a Christine D’Clario. Perder es difícil, pero triunfar puede acabar contigo.

El único antídoto que conozco para esto es asegurarnos de que hay algo más importante para nosotros que el éxito: nuestras convicciones, nuestro amor por Dios, nuestra pasión por lo que hacemos. Celebrar los buenos resultados, sí, pero no dejar que ellos dominen nuestra vida, porque, en verdad, no son todo en la vida.

Publicado por Natacha R. Glorvigen

Cristiana. Publicista. Bloguera. Dios me ha cambiado la vida y vivo para contarles a otros que Él puede hacer lo mismo por cualquiera.

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