Creo que a todos los cristianos nos ha tocado sentarnos en primera fila para ver a dos autoridades/líderes/predicadores/cantantes cristianos entrar en una discusión por cuestiones de Fe. Argumentos van y vienen; versículos por un lado, interpretaciones contrarias por el otro. Comparaciones, críticas, comentarios hirientes. Lo hemos presenciado ya.
Sin embargo, hace unos días ocurrió un caso de este tipo con un desenlace inesperado; lo comparto principalmente para que nos sirva de ejemplo, y también para que nos llenemos de gozo al saber que sí podemos amar a otros aunque no estemos de acuerdo con todo lo que dicen.
Los hechos sucedieron así:
El pastor Andy Stanley realizó una serie de prédicas llamada “¿Quién necesita a Dios?”, dedicada especialmente a aquellos que se alejaron del Cristianismo porque este dejó de parecer razonable/relevante, pues la Fe de su niñez carece de coherencia ante la realidad que viven como adultos.
La premisa de Andy Stanley es que, quizá, se apartaron innecesariamente y trata de mostrarles las bases lógicas de nuestra Fe, así como de dar respuestas a algunas dudas comunes que las personas tienen respecto a Dios/Jesús.
Aun cuando yo creo que ha sido una de sus mejores series, muchísimos creyentes la han criticado. La forma en que Andy explica el rol de la Biblia y confronta algunas creencias comunes no halló gracia a los ojos de todos… incluyendo al famoso teólogo John Piper.

Si no has escuchado de él, te adelanto que John Piper es uno de los líderes cristianos más influyentes del mundo (no tanto como Billy Graham, pero bastante popular); es especialmente conocido por su extraordinario conocimiento de las Escrituras, los cuales comparte a través de su ministerio “Desiring God” (Anhelando a Dios).
Ahora bien, la serie “¿Quién necesita a Dios?” de Andy Stanley captó la atención de nuestro buen amigo John (Piper) de tal manera que lo hizo dedicar un post entero a comentarla y cuestionar algunos de sus puntos.
Wow.
Respecto a esto, aquí están los puntos que quiero resaltar:
1) En el artículo, John Piper cita literalmente las palabras de Andy en el contexto real en que las dijo.
Seguramente, has visto muchos críticos que citan las frases de otros fuera de contexto o asumiendo lo peor de ellos. Sin embargo, John Piper no solo transmite fielmente lo que Andy quiso decir, sino que, en todo momento, asume de su parte buenas intenciones.
Básicamente, esto es lo que quiso expresar en su artículo: “Andy Stanley dio esta charla, creo que tiene lo mejor en su corazón con ella, pero debemos evaluar cuidadosamente algunas de las cosas que planteó”. ¡Excelente!
2) John Piper le envió el post a Andy Stanley antes de publicarlo.
En esto vemos con claridad el corazón de John Piper. Bajo ninguna circunstancia buscó herir a su hermano en la Fe, solo quería manifestar respetuosamente su opinión acerca de una de sus enseñanzas. Todo de forma transparente; en amor y paz.
3) Andy Stanley no solo aprobó la publicación, sino que, en sus propias palabras, la encontró “justa e inspiradora” (?).
Imagínate leer un post de alguien cuestionando algunas cosas que dices. Por lo menos en mi caso, quizá me acercaría a él con un poco de recelo; pero, supongo que, si somos cristianos de verdad, podemos actuar diferente y realmente considerar otros puntos de vista.
Ahora, esto es lo más impresionante de todo:
¿Sabes cómo me enteré de todo esto? ¿Sabes cómo conseguí el post?
¡Andy Stanley lo compartió! Con una frase increíble que dice:
Puede que no todos estemos en lo cierto,
pero todos podemos ser uno
¡Qué mejor forma de vivir ese mensaje que difundiendo un artículo como ese!
Estoy orgullosa de John Piper, de Andy Stanley y de todos aquellos cristianos que pueden no estar de acuerdo respecto a unos cuantos asuntos y aun así no destruirse entre sí.
Que esto sea para nosotros un ejemplo a seguir.
Simplemente, estamos para amarnos los unos a los otros, incluso si no coincidimos en todo.
Que bien ejemplo para ilustrar la prédica de hoy en la Iglesia!
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