Se me olvidó bailar

Sinceramente, en las últimas semanas, me he derramado por completo en este blog, en las reseñas de los libros que tengo pendientes, en mis compromisos con la Iglesia.

Ocupada. Ocupada. Ocupada.

Amo las cosas que hago para Dios porque para eso me diseñó.

Me gusta leer, escribir y hablar sobre Él. Me apasiona muchísimo.

Todo bien hasta allí.

Sin embargo, la semana pasada me pasó algo que, aunque sí lo había escuchado, no lo había vivido de esa manera.

Una compañera de trabajo puso la canción “Can I have this dance?”, que tanto significa para mí en mi relación con el Señor y por un momento pensé: “¿dónde he estado?”, “¿qué pasa conmigo?”.

Creo que me quedé atrapada en mis muchos quehaceres para Dios y escuchar esa canción fue como si Él mismo me estuviera llamando a abandonarlo todo por un rato y simplemente disfrutar mi relación con Él y el baile que hacemos juntos en la vida.

“No más trabajo, Natacha, ven a estar conmigo, bailemos, no para bendecir a nadie, no para conquistar nada, no para vencer ningún gigante, solo para estar juntos”.

Obvio no me habló eso así, pero pareciera que lo dijo sin decirlo.

De alguna forma, me estaba invitando a olvidarme por un momento de lograr, hacer, luchar y simplemente beber Su amor, moverme al ritmo de Sus pasos.

A veces se me olvida que lo más importante en la vida es estar con Él, nada se compara con el gozo de tenerle.

Quizás has estado en una posición en que las muchas ocupaciones te roban tu tiempo con el Señor cuando, en realidad, es lo único que nos da fuerzas para lograr lo demás.

Sé una bendición. Sé una gran bendición para el mundo, alcanza todas las metas posibles, pero recuerda que siempre puedes regresar a los brazos del Señor y simplemente bailar. También hace falta.

Foto del heather por:  romeo_tango