Ya no quiero volver

Hablemos de los sueños.

Todos son muy emocionantes, claro, pero imposibles desde el mismísimo momento de su concepción.

¿Qué tal los tuyos? ¿Qué tantos milagros necesitan para volverse realidad?

¿Cuánto dinero requieren?

¿Cuánto kilos de valor te exigen?

Te diré la verdad: mucho juega en contra a la hora de cumplir nuestros sueños.

Sin embargo, de alguna forma, hemos concluido que, una vez superados todos los obstáculos para llegar adonde queremos, lo demás caerá en su lugar y seremos felices.

Pero, ¿qué pasa si no es así?

¿Qué pasa si obtienes eso que tanto anhela tu corazón y no es (o no eres) tan bueno como pensaste?

978-1-4143-7845-9-1Justo eso le sucedió a Amelia Christiansen, el personaje principal del libro “The Wonder of You”, de la autora Susan May Warren.

Su sueño era muy simple: salir de su casa en Minnesota, Estados Unidos, y hacer algo importante en el mundo. Ella sentía que Dios la llamaba fuera de su casa, fuera de lo común, a una gran aventura para Su gloria.

Le gustaba la fotografía así que decidió ir al otro lado del mundo a hacer un curso. Viajó directo a Praga, República Checa.

Allí estaba ella, en una tierra extraña, con cámara en mano, lista para cualquier cosa.

Pero, algo raro le pasó.

Después de un incidente en la ciudad, donde su vida corrió peligro, se acobardó. Le dio mucho miedo.

No se sentía valiente, ni segura. No quería salir sola a las calles.

Ese era su sueño. Salir. Lograr. Conquistar algo. Lo tuvo justo delante de sus ojos, pero ante la adversidad se sintió profundamente incapaz.

Regresó a su casa.

Temerosa. Sin ánimos de viajar nunca más.

Esto es lo que le dijo Amelia a su mamá en una de sus conversaciones:

“Creí que era valiente. Creí que era inteligente. Creí que era invencible…
Me fallé a mí misma. ¿Cómo puedo confiar en mí o en mi corazón otra vez?”

Fallarse a uno mismo.

La peor clase de fracaso que existe.

Esa que te hace creer que en realidad no puedes; en realidad, nunca serviste para esto. Tu sueño fue solo un invento, no eres el tipo de persona que lo puede lograr.

“Quizás esto solo prueba que no soy la aventurera que creí ser”

¿Sí? ¿Lo prueba, Amelia?

Honestamente, eso solo muestra que somos nuestros críticos más severos. Nos tratamos con muy poca gracia y misericordia.

Esto es lo que sí podemos aprender de su experiencia: trabajar hasta alcanzar tu sueño es difícil; y vivir el sueño, también.

Hay obstáculos. Siempre los habrá.

Sí, nos acobardamos. Fallamos. No somos tan buenos como pensábamos, ¿y qué?

Eso no significa que debes renunciar al anhelo que Dios puso en ti, solo que también lo necesitas a Él cuando finalmente lo alcances.

Quizás no se trata de confiar en uno mismo sino de confiar en Dios.

Yo votaría porque es justo así, Ingrid.

Inténtalo otra vez. Aprende de tu experiencia y ve de nuevo. Ahora con el extra de que no eres como antes, de que eres mejor.

Inténtalo mil veces hasta que seas todo lo que Dios quiere que seas y tengas todo lo que Él quiere que tengas.

Yo haré lo mismo. Estoy segura de que nos irá bien al final.

¡Te veo en la meta, amigo soñador!

Publicado por Natacha R. Glorvigen

Cristiana. Publicista. Bloguera. Dios me ha cambiado la vida y vivo para contarles a otros que Él puede hacer lo mismo por cualquiera.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: