Seguro estarás de acuerdo conmigo en que los tiempos que se viven en el mundo parecen muy difíciles.
“No, no parecen… son muy difíciles”, dices tú.
Ok, es verdad, sí lo son.
Últimamente, he escuchado a muchas personas hablar como si no tuvieran esperanza, incluida yo. Quizás te ha pasado también.
¿Sabes por qué estamos tan conscientes de los problemas?
¡Porque están por todas partes! Nos persiguen.
En cada conversación, en cada periódico, en cada red social. ¡No tienes escapatoria! Estás en la obligación de saber el lío tan enorme en el que se encuentra el planeta.
Y no está mal que uno sepa la realidad de las cosas, habría que estar loco para no querer enterarse (los cristianos sí somos locos, no me malinterpretes, pero no en ese aspecto, no ignoramos lo que pasa).
Quise, entonces, destacar algo que perdemos de vista a menudo porque fallamos en entender de dónde viene realmente nuestro auxilio en tiempo de crisis.
En una ocasión, el Señor estaba reprochándole a Su pueblo Israel (o Efraín, por el nombre de una de sus tribus) algo que parece pertinente para nosotros hoy. Esta gente creía que su ayuda y bendición venía de otros reyes, de algún reino extranjero (mmm…), de un ídolo, algo fuera de Dios, y mira lo que el Creador les dice a través del profeta Oseas:
“…yo guié al pueblo de Efraín
y lo enseñé a caminar;
pero ellos no comprendieron que era yo quien los cuidaba”. (Oseas 11:3)
El pueblo de Israel (Efraín) no se daba cuenta de que era Dios, no alguien más, quien los sostenía y los ayudaba en todo tiempo.
Cuando comenzaron los problemas, el país se atribuló y empezó a buscar socorro en otras naciones y nada daba resultado, porque su provisión venía de parte del Señor. No buscaban a Dios porque no eran conscientes de que era Él quien los cuidaba.
¿Te has dado cuenta tú?
Toda tu bendición, tu sustento, tu trabajo, los días en que te has saciado, en que has bebido del fruto de tu trabajo con alegría, ¡ha sido Dios!
¡Y tú y yo creíamos que era el gobierno!
Oh, oh.
Pensábamos que era el buen sueldo, estábamos seguros de que era la baja inflación y el bajo precio del dólar lo que nos hacía felices.
No nos dimos cuenta, como Efraín, de que es Dios quien nos cuida.
Te animo a que en estos tiempos en los que todos ven a presidentes, a la economía y al precio del petróleo en busca de esperanza, tú sepas ver a Jesús y te des cuenta de que es Él y no un gobierno quien cuida de ti.
Tu verdadera ayuda proviene de Dios.
Por amor a ti mismo, ¡date cuenta hoy y busca ayuda en quien verdaderamente puede dártela!
Me gusto mucho. Sigue asi. Dios te bendiga
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Qué bueno! Me alegra muchísimo. Gracias por pasarte por aquí 😀
Me gustaMe gusta
Me gusta mucho ver como siendo tan joven tienes una fe tan grande y te apasionas por eso y por la vida, sigue asi que seguro seguiras teniendo una vida maravillosa de la mano de Dios
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, sra. Neila.
Su opinión es muy importante para mí y me anima a seguir escribiendo 😀
Me gustaMe gusta